Los trastornos de la atención son, en general, consecuencia del daño cerebral, pero también ocurren alteraciones por otras causas como; envejecimiento, la demencia, el deterioro cognitivo leve, la adicción a drogas y los trastornos del desarrollo. También son frecuentes en patologías psiquiatricas como la esquizofrenia , la depresión, o el trastorno bipolar. Estas alteraciones de atención siempre interfieren con el rendimiento cognitivo, pues limitan la eficiencia de dominios como la memoria, el lenguaje, la percepción o el funcionamiento ejecutivo.
El grado de afectación de la atención puede oscilar desde alteraciones reversibles como el sindrome confusional hasta el coma vegetativo de larga duración.
Los trastornos de atención se clasifican así:
Aprosexia: Cuando la carencia de atención es absoluta, como sucede en el estado de coma profundo.
Hipoprosexia:Disminución de la capacidad atencional, que puede oscilar desde los niveles más ligeros, como el sindrome confusional, hasta casos más graves como el mutismo cinético.
Hiperprosexia: Excesiva actividad atencional, como es el caso de determinados trastornos delirantes.
Paraprosexia: fluctuaciones de la atención, tal como se observa en la fase maniaca del trastorno bipolar(Portellano & Garcia,2014).
Pérez,J.A.P.,& Alba,J.G. (2014).Neuropsicología de la atención, las funciones ejecutivas y la memoria.Síntesis.
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